martes, 8 de febrero de 2011

SESIÓN DOS... Mitología egipcia

En medio del desierto surgió una de las civilizaciones más espléndidas de la historia. Logró sobrevivir durante 30 siglos que dieron como fruto su escritura, calendario, la medicina y maravillosas obras arquitectónicas que hoy continúan desafiando el inexorable rigor del tiempo. Y también bellísimos testimonios artísticos, las momias, los reyes-dioses, entre otras.




Los dioses egipcios eran la personificación de los elementos naturales, acontecimientos de la vida y de los sentimientos. El Panteón egipcio fue uno de los más imponentes del mundo. Para los egipcios, los dioses vivían sobre la Tierra, en los templos, y había que honrarles para que continuaran residiendo allí. Por esto ellos rezaban, bailaban, cantaban y les aportaban ofrendas de alimento y de objetos preciosos.


En el antiguo Egipto, la supervivencia del cuerpo momificado era una garantía de vida más allá de la muerte. Las profundas creencias religiosas de los egipcios fueron el origen de su civilización. Dichas creencias inspiraron la edificación de grandes templos a lo largo del Nilo, templos que todavía hoy subsisten, tales como las salas de columna de Karnak y los grandes monumentos edificados por Ramsés II en Abu Simbel.




La religión dictó las normas que inspiraron todo el arte Egipcio, y, pese a la creencia popular, las pirámides no fueron edificadas por sudorosos esclavos extranjeros bajo el látigo de brutales capataces, sino por los propios egipcios que probablemente consideraron su trabajo como un acto de ofrenda religiosa a sus faraones.

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